La democracia de los idiotas (gr. 'idiotés'): lo común y lo propio
Zotlandia
последнее редактирование: Sat, 09 Nov 2019 12:58:35 +0200
A menudo olvidamos que las palabras que empleamos tienen su propia historia. “Idiota” es una y “democracia” es otra. Para empezar “idiota”, del griego idiotés, significaba en el contexto en el que comenzó a ser utilizada, la Grecia clásica, aquel que se desentiende de los asuntos de la comunidad bien porque no participa de la política o bien porque, desinteresado, vela por sus propios intereses. De ahí, de lo “propio” y “particular” asociado a la raíz “idios”, procede “idioma” (medio para expresar lo “propio”) o “idiosincrasia” (“temperamento propio”), es decir idiota es únicamente aquel que se centra en su particularidad y piensa que los asuntos de la comunidad no le afectan. Este es el sentido que quiero recuperar.
La democracia de los idiotas (idiotés): lo común y lo propioEs interesante hacer notar que el uso de ese concepto coincide con el nacimiento de la democracia porque, aunque bien sabemos que la democracia clásica poco tiene que ver con la nuestra, si hay algo que se comparte y se defiende en esta época, la Grecia del siglo V a.c., es que la comunidad, como bien dijera Aristóteles, nos constituye de un modo mucho más profundo de lo que pudiéramos pensar. “El hombre por naturaleza -leemos en la Política– es un animal social” y lo es, entre otras cosas porque tiene palabra para manifestar lo justo y lo injusto “y la participación comunitaria de esas cosas constituye la casa y la ciudad” (1253a). De ahí, en un texto precioso que encontramos en la Ética a Nicómaco a propósito de la amistad leemos: “He aquí lo que se produce cuando se convive y se intercambian palabras y pensamientos, porque así podría definirse la sociedad humana, y no, como la del ganado, por el hecho de pacer en el mismo prado” (1170b11).