Jacob Haugaard, el hombre que llegó al parlamento danés vestido con bolsas de caféElecciones danesas, 1994. Jacob Haugaard fue elegido con la impresionante cantidad de 23.253 votos por el pueblo de Jutlandia del Este.
Haugaard prometió más pan para los patos en los parques, más ballenas en el fiordo de Randers y más muebles renacentistas en Ikea. Las personas sin sentido del humor tenían derecho a recibir una pensión de invalidez y los propietarios de condominios con sótano debían acoger un prisionero
Jacob Haugaard, el hombre que llegó al parlamento danés vestido con bolsas de café - Frontera DigitalHaugaard prometió más pan para los patos en los parques, más ballenas en el fiordo de Randers y más muebles renacentistas en Ikea. Su programa establecía también que las personas sin sentido del humor tenían derecho a recibir una pensión de invalidez y que todos los propietarios de condominios con sótano debían recibir un prisionero cada uno. Además, abogaba firmemente por privatizar la asistencia social bajo el lema “Haga rentable regalar dinero”. El candidato también se propuso reducir el sexo en la sala de profesores; una medida que decidió retirar durante la campaña al entender que el sexo en la sala de personal era una tradición de notable antigüedad y que, como tal, no podía ser abolida. La lista incluía también hervidores de agua eléctricos para los mayores de 60 años, mejores regalos de Navidad, Nutella en las raciones de campo del ejército y la restauración del urinario público frente a la Casa de la Música. Llegó a cumplir más promesas que muchos adversarios o compañeros; algunas incluso antes o después de la legislatura.
Según medios locales el político gastó 10.000 coronas (más de 1.300 euros) del presupuesto de campaña en teteras eléctricas para los residentes de hogares de ancianos, y otro tanto en cervezas y salchichas para sus votantes. Navegando por los archivos de TV2 aparece Haugaard repartiendo las teteras, Haugaard revisando el reparto de Nutella entre las tropas o Haugaard con traje rojo y gorrito de Papa Noel, paseando por las tiendas de la ciudad y pagando regalos de Navidad con el presupuesto sobrante de la legislatura: desde calendarios de adviento hasta una dentadura postizas. “¿Dónde vive tu dentista? Vamos ahora mismo, tengo 20.000 coronas del Ministerio del Interior en mi bolsillo”, dice él, sacando un sobre.