El AVE no es solo el tren neoliberal, como lo denomina acertadamente Isabel López, es la cristalización de la obsesión centralista que tanto mal ha hecho a nuestro país. En un plano más subjetivo, estos bólidos impiden la contemplación del paisaje o el conocimiento de gente que conformaban la identidad de este medio de transporte, ideado a escala y velocidad humanas...
“El AVE es un modelo de tren neoliberal que favorece a las élites". Así de tajante se muestra Isabel López, portavoz del Movimiento por el Tren Ruta de la Plata.
Tren digno o AVE, el dilema de Extremadura
Isabel López, portavoz del Movimiento por el Tren Ruta de la Plata, defiende la reapertura de la línea de tren que recorría el oeste de España de norte a sur, de Sevilla a Asturias. Gran parte de este tramo fue cerrado por el gobierno de Felipe González en los años 80, junto a otros miles de kilómetros de línea de ferrocarril convencional –un proceso paralelo a la fiebre del AVE, que en pocas décadas convirtió a España en el país del mundo con más kilómetros de alta velocidad por habitante–. Extremadura fue la región que más sufrió el desmantelamiento del tren convencional y actualmente la red ferroviaria de la región se encuentra en un estado desastroso: las líneas entre los pueblos son insuficientes y el trayecto Badajoz-Madrid (400 kilómetros) dura al menos cinco horas y media en tren, frente a menos de cuatro en coche. Ni un solo kilómetro de vía está electrificado y en algunos tramos los travesaños son del siglo XIX. La desconexión con Portugal y las regiones vecinas es casi total: es imposible ir directamente en tren desde Badajoz o Mérida hasta Sevilla o Lisboa, las grandes ciudades más próximas.