"Soltero" viene del latín "solitariu", es decir, que etimológicamente "soltero" y " solitario" son la misma cosa. Pero no tiene por qué serlo en el mundo real, como argumementa Maialen Lizarralde de forma ejemplar.
Soltera, no sola
Estar satisfecha siendo soltera cae en terrenos extraños apenas explorados. Se presupone como un estado temporal y/o indeseado donde una intenta dejar de estar soltera, como quien intenta salir de una depresión. A veces aparece como reacción a violencias o decepciones amorosas. En muy raras ocasiones aparece como una elección vital positiva, con sentido en sí mismo y con potenciales transformadores tan interesantes como para investigarlo y darle alas.
Abramos este melón.
Acabar sola y otros mitos
Cuenta la leyenda que la soltería significa aislamiento, desamparo, carencias a nivel individual o individualismo neoliberal a nivel social. Traigo noticias: las investigaciones apuntan todo lo contrario. La soltería no es como nos la contaron, amigas.
La investigadora Bella DePaulo, psicóloga social experta en soltería, cita un estudio de 2015 donde se constata que la soltería aumenta las conexiones sociales. Tal cual. El estudio concluye que “las políticas deberían dirigirse a reconocer las limitaciones sociales asociadas con el matrimonio y reconocer que las personas solteras se involucran más en sus comunidades en general.” DePaulo, tras haber estudiado la producción académica sobre el tema, concluye que las personas sin pareja encuentran en sus vidas sentido, plenitud, autonomía, dominio y relaciones personales ricas y variadas. Más específicamente, para las mujeres solteras-desde-siempre sin hijos, la respuesta a la pregunta de si están en el camino de “acabar solas” es un rotundo no. Es especialmente probable que tengan fuertes redes de apoyo locales o comunitarias. (Podéis ver aquí su charla TEDx subtitulada)