Recientemente nos sobrecogió la imagen de varios perros azules vagando por las calles de la India. Sí, azules. No se trataba de un filtro de Instagram, ni de retoques fotográficos postmodernos. Eran azules a causa de la contaminación.
Recientemente nos sobrecogió la imagen de varios perros azules vagando por las calles de la India. Sí, azules. No se trataba de un filtro de Instagram, ni de retoques fotográficos postmodernos. Eran azules a causa de la contaminación. Ocurrió en Bombay (llamada por los locales Mumbai, la ciudad portuaria más importante del subcontinente con cerca del 40% del tráfico exterior del país). En las afueras de la metrópoli, lo que se conoce como Taloja, casi mil fábricas químicas, farmacéuticas, de ingeniería y de procesamiento de comidas rinden a pleno pulmón. En ellas trabajan alrededor de 76.000 personas.Taloja se despliega en las cercanías del río Kasadi, uno de los más contaminados del mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Por el momento, los deshechos de la actividad industrial que van a parar a sus aguas no reciben ningún tipo de consecuencia legal para los responsables.