De Ignacio Sánchez Cuenca, cabal como siempre...
Me resulta increíble cómo hemos asumido en nuestro país la cárcel y el juicio penal a políticos que, más allá de lo que cada uno piense sobre lo sucedido en la crisis de 2017, son tan demócratas como el resto.
Esperanza y Libertad
El libro de Raül Romeva, Esperanza y Libertad, está escrito con una lucidez extrema y admirable para alguien en sus circunstancias. La humillación innecesaria y arbitraria de la prisión preventiva, así como la expectativa de pasar una temporada prolongada en la cárcel una vez el Tribunal Supremo dicte sentencia, no le han llevado al resentimiento, la desesperación o la amargura. Antes al contrario, el libro da testimonio de un proceso de fortalecimiento personal y de un grado máximo de conciencia sobre los principios democráticos que deben regir la acción política y aun la vida misma.
Me gustaría dejar constancia de algunas de las reacciones que he tenido leyendo el libro. Déjenme que comience con una aclaración para que el lector tenga toda la información desde el primer momento. Conozco personalmente a Raül, aunque no hemos podido darnos la mano o un abrazo. He estado con él cincuenta minutos justos, nos vimos a través de un cristal y hablamos mediante un altavoz. Fue en la prisión de Lledoners, un domingo de julio de 2018. Un amigo común me dijo que Romeva quería conocerme. Acepté de inmediato: no soy independentista, no tengo simpatía por la causa independentista, pero quería expresarle mi solidaridad ante la reacción del Estado y de buena parte de la sociedad española. Me resulta increíble cómo hemos asumido en nuestro país la cárcel y el juicio penal a políticos que, más allá de lo que cada uno piense sobre lo sucedido en la crisis de 2017, son tan demócratas como el resto. En Cataluña, como me he hartado de repetir en estos meses, se produjo una crisis constitucional, no un golpe de Estado, una rebelión, o un alzamiento insurreccional. Entiendo, y en buena medida comparto, el reproche y la crítica política a las decisiones que tomaron los independentistas, pero en absoluto la respuesta represiva y judicial.