Silencio. Esos segundos de silencio, esa primera prueba, esa mirada, esa sorpresa ante algo extraño, esa sonrisa. Hoy Alex se ha probado su primera prótesis de brazo. En la sala, todos contienen la respiración hasta comprobar que funciona. Sobre todo su madre, hasta que recibe el abrazo victorioso de haber conseguido algo tan soñado y dibujado. Verifican detalles ergonómicos y técnicos: por suerte, esta primera prueba es válida. Alex se la puede llevar esta tarde al cole que, además, tienen una fiesta especial.
Esta historia empezó por casualidad, como casi todo. Julio, un trabajador de Medialab Prado (Madrid), estaba en el veterinario y allí coincidió con la familia de Alex. Tras observarles y hablar con ellos, les contó el proyecto Autofabricantes, una comunidad de creación de prótesis. Pronto contactaron con ellos y, tras varias sesiones de trabajo, entre todas decidieron el modelo concreto para Alex. Él dibujó cómo debía ser, incluido sus colores favoritos. Después, entre Luís, Paola, Lidia y Óscar, parte de esta comunidad, la modificaron, imprimieron en 3D y montaron. Poco a poco y aprendiendo a cada paso.Esta no es una prótesis cualquiera, es una prótesis en código abierto. Porque este modelo no es solo de la comunidad Autofabricantes, sino de una red mundial llamada Enabling the Future. Son un nodo más, en este caso en Madrid, y tiene muchos modelos accesibles para todo el mundo. Cualquiera puede conocer toda la información, descargar e imprimir en 3D. Cualquiera puede modificar, mejorar y volver a compartirlo para que le sirva a otra persona. Es una red de conocimiento abierto y apoyo muy grande y extendida en todos los países y de la que han surgido decenas de adaptaciones locales.