¿Qué queda del poeta y dramaturgo? Todo. En sus versos de batalla o los de amor, aún en los más barrocos y rimados, sigue oliendo el rocío dulce de la ternura
La cebolla es escarchacerrada y pobre:escarcha de tus díasy de mis noches.Hambre y cebolla:hielo negro y escarchagrande y redonda.En la cuna del hambremi niño estaba.Con sangre de cebollase amamantaba.Pero tu sangreescarchaba de azúcar,cebolla y hambre. Un padre encarcelado, aún perplejo, humillado, indeciso, ignorante todavía de lo que vendrá después, de la tristeza más indecible, del dolor más agudo, físico y mortal, de la desesperación de saberse vencido y derrotado para siempre, porque la vida no tiene posteridad y sí un frágil presente para quien ha visto tantas vidas partidas. 1939, cárcel de Torrijos. No hay papel. Su mujer le escribe que en casa solo tiene cebolla y pan para comer y para dar al hijo. Él escribe entonces esta receta con un lápiz en trozos de papel higiénico. Ya sabemos la historia del poeta. No la voy a contar aquí. Hay muchos libros con todos los detalles. Está el durísimo retrato agonizante o muerto ya, pintado por su compañero Buero Vallejo en 1942, en el reformatorio de Adultos de Alicante.