En España hay, a día de hoy, un 75% más de establecimientos dedicados a la industria del azar que hace cinco años.
Históricamente se constata que en las épocas de crisis económica crece el juego y se expanden las religiones. La razón es simple: las dificultades alimentan las ilusiones, la religión ofrece soluciones mágicas y el juego produce expectativas de éxito
“Una cosa es cierta: que de cada ciento gana uno. Pero eso ¿a mí que me importa?”El jugador, de Fiódor DostoievskiHistóricamente se constata que en las épocas de crisis económica crece el juego y se expanden las religiones. La razón es simple: las dificultades alimentan las ilusiones, la religión ofrece soluciones mágicas y el juego produce expectativas de éxito. Tiene su lógica. La desesperanza, los apuros económicos, la falta de una perspectiva positiva… producen un efecto de búsqueda de resultados rápidos, de golpes de suerte para abandonar las situaciones difíciles, de encontrar algo en lo que creer cuando se pierde la confianza en sí mismo. Lo dicen los sociólogos y los psicólogos: los sectores más vulnerables se aferran a sus creencias y a tercas e infundadas esperanzas
“Una cosa es cierta: que de cada ciento gana uno. Pero eso ¿a mí que me importa?”El jugador, de Fiódor Dostoievski