Érase una vez… Esta es la fórmula por excelencia de inicio de la mayoría de los cuentos que, o bien a través de la tradición oral o bien por escrito, hemos leído y escuchado y que permanecen en nuestra memoria y en el inconsciente colectivo contribuyendo a formar estereotipos, sobre todo, de género.
No podemos olvidar que la literatura infantil forma parte de los elementos que construyen la conciencia de los niños y las niñas tanto en un sentido moral como afectivo. Es un instrumento que les ayuda en su proceso de comprensión del mundo y además participa en el proceso de interiorización del conocimiento, no sólo de los objetos, sino también de lo que la sociedad considera correcto o incorrecto; es decir, de su significado social.Por ello un análisis sobre esta literatura y su consumo es fundamental para tratar de valorar cómo está influyendo, o no, en la construcción de estereotipos en el alumnado tanto de primaria como de secundaria. A esto deben sumarse propuestas de intervención en el aula para poder trabajar estos textos y llevar al alumnado a una reflexión que le ayude a deconstruir estos textos y, en consecuencia, a romper con los estereotipos creados.La formación del alumnado de magisterio en este tipo de dinámicas de análisis y trabajo con los cuentos clásicos permite que las nuevas generaciones de maestros y maestras tomen conciencia de que Blancanieves, Caperucita, La Sirenita y tantos otros relatos pueden llevarse al aula de una manera creativa y diversa que invita a la reflexión y a la ruptura de roles ya creados por la sociedad.