Sahar Khodayari prendió fuego a su menudo cuerpo a la salida del Tribunal de Justicia en Teherán tras saber que podría ser condenada a seis meses de prisión tras haber intentado asistir a un partido de fútbol
Sahar Khodayari murió el pasado mes de septiembre en Teherán. Tenía tan solo veintinueve años.Días antes prendió fuego a su menudo cuerpo a la salida del Tribunal de Justicia tras saber que podría ser condenada a seis meses de prisión tras haber intentado asistir durante los juegos de la liga de la Confederación Asiática de Fútbol al partido de su equipo, Esteghlal, contra el equipo Al-ain de los Emiratos Árabes.¿Qué empuja a una joven a prenderse fuego? Unos afirmaron que lo hizo por una enfermedad mental. Otros sostienen que buscaba alterar el orden público. El régimen ha orquestado una campaña de desinformación y mentiras desde su muerte, obligando a su temeroso y frágil padre a comparecer ante la televisión estatal culpando a agentes externos de utilizar la imagen de su hija. Nada sirve sin embargo para ocultar la verdad: el único culpable de la muerte de Sahar Khodayari es el monstruoso sistema de normas y leyes aberrantes que cae cual plomo sobre las mujeres iraníes. Ella, azul como el color de su amado equipo Esteghlal, murió en el hospital a causa de sus quemaduras el lunes 9 de septiembre.* * *La chica de azul no pertenece a ningún cuento de hadas ni a ninguna pintura. Nació en la hermosa tierra de los poetas persas. Una tierra toda ella un jardín de rosas. Una tierra por donde las almas más sensibles caminaron, la habitaron y le rindieron homenaje. Pero ahora pertenece a los monstruos. El jardín de rosas fue devorado por la celebración de los verdugos y el espectáculo del Aquelarre.
Hasan, un vecino de la ciudad de Kerman, decía: “Si hay que ir a la guerra, iremos. No podemos evitarlo, pero mientras, seguiremos con nuestras vidas normalmente”. Así es como se ve en estos días en cada pueblo y ciudad del país
Matías Quirno Costa, texto y fotos.En medio de la escalada bélico-discursiva propuesta por el gobierno de Donald Trump el pueblo de la República Islámica de Irán le resta importancia y no cree que se llegue a la instancia de una guerra directa. Este 23 de mayo drones no tripulados, enviados por fuerzas rebeldes yemeníes, atacaron instalaciones de Arabia Saudí, en lo que Estados Unidos considera un ataque iraní. Desde el Gobierno de Irán desconocen estas acciones y aseguran que son excusas generadas por Trump para avalar la escalada bélica y así sembrar más inestabilidad a la región.El Golfo Pérsico se encuentra en estado de alerta, con la presencia del portaviones estadounidense Abraham Lincoln, aviones B 52 en las bases norteamericanas en Qatar y la Armada iraní, que ya advirtió que no permitirá el paso a quienes amenacen su seguridad.En este contexto es en el que estamos recorriendo diferentes regiones del país de los persas.Si uno cerrase los ojos y en la mente sólo tuviese la palabra Irán las imágenes que vendrían a nosotros seguramente serían de grupos terroristas, de locos fanatizados, de desiertos ocres con muertos a la orilla del camino. Imaginaríamos posiblemente a líderes religiosos con largas barbas pensando en el enriquecimiento de uranio para acceder a una bomba atómica. Sí, como las que poseen Estados Unidos, Rusia y Pakistán entre otros.Si cierran los ojos e imaginan eso se debe a lo que las grandes cadenas de televisión, sumadas a las series y películas sobre Oriente Medio han dejado que fuera calando en nuestras mentes.
No se puede demorar la construcción de una poderosa oposición a la amenaza de un nuevo delito de agresión.
La amenaza de un ataque estadounidense contra Irán es muy real. Liderada por John Bolton, el Gobierno de Trump está construyendo historias de fechorías iraníes. Es fácil preparar pretextos para la agresión. La historia ofrece muchos ejemplos.El ataque contra Irán es un elemento del programa internacional del jactancioso y abrumador poder de EE UU para acabar con “el desafío exitoso” al amo del globo: la principal razón de la tortura estadounidense de Cuba durante 60 años.El razonamiento sería fácilmente entendido por cualquier Don de la Mafia. El desafío exitoso puede inspirar a otros a seguir el mismo camino. El “virus” puede “expandir el contagio”, como dijo Kissinger cuando trabajaba para derrocar a Salvador Allende en Chile. La necesidad de destruir estos virus y vacunar a las víctimas contra el contagio —normalmente imponiendo severas dictaduras— es un destacado principio de los asuntos mundiales.