¿Cuál es la relación entre una copa de plata dorada, de calidad extraordinaria y excepcional iconografía, con el frontispicio del célebre Leviathan de Hobbes?, ¿y cómo esta relación nos permite estudiar, en el primer caso, el efecto del distanciamiento europeo sobre la violencia de la colonización del Nuevo Mundo, producido a través del recurso ―censurado por la piedad de la Edad Media― al lenguaje visual y los gestos del paganismo orgiástico de la antigüedad clásica; mientras que en el segundo, nos invita a profundizar en las razones del nacimiento del Estado, a través del terror y la veneración, que para Hobbes eran fundamentales?
¿Cuál sería entonces la relación de ambos con un cuadro del pintor David, dedicado a Marat, creado en los años de la revolución francesa, quien recuperó los gestos de la iconografía pagana, y más adelante cristiana, para adecuarlos a las necesidades de la iconografía propiamente revolucionaria? Pero, además, ¿cómo se vincula todo ello con el famoso poster de Lord Kitchener, cuyos gestos fueron tan eficaces para el reclutamiento de civiles en la primera guerra mundial, y cuyo lema: “Tu país te necesita”, tendría tal impacto que el poster sería reeditado en otras naciones, inclusive rivales a Inglaterra. Y finalmente, en este juego de aproximación de formas, emblemas e indicios, ¿qué lecciones pueden aprenderse de la observación de una espada rota y de un foco, en el Guernica de Picasso? Es decir, ¿cuál es la relación que existe entre casos tan extraordinariamente distintos, como son una copa de plata dorada, un libro de Hobbes, los cuadros de David y Picasso, y el poster de Kitchener? En el núcleo de todos los temas que dan pie a los capítulos de este libro de Carlo Ginzburg, se encuentra el gran objetivo del autor, estudiar “el terror y sus gestos”