El concepto de solidaridad y apoyo mutuo es eminentemente político y va ligado de manera inevitable a las relaciones sociales desde la horizontalidad. La adhesión a causas ajenas a través de la empatía para lograr una unidad basada en metas comunes, es la herramienta de acción principal que se desarrolla entre el pueblo trabajador cuando nos encontramos en situaciones de exclusión por parte del sistema.
La solidaridad no debe ser asistencialismo en un mundo que se cae a pedazos, pero es necesario comprender la emergencia de determinadas situaciones extremas a las que algunos grupos sociales son arrastrados y donde las vidas están en juego. ‘Solo el pueblo salva al pueblo’ no es solo una frase original para decorar las paredes de los barrios humildes de Madrid, es el sentir y la manera de actuar de muchos vecinos y vecinas de nuestra ciudad ante la exclusión que generan las instituciones perpetuando desigualdades. Actualmente grupos vecinales y parroquias como la de San Carlos Borromeo en el barrio de Vallekas, se vienen organizando para ayudar a sobrevivir a centenares de familias refugiadas que viven en las calles de nuestra ciudad sin lugar donde dormir.