Pues seguimos en las mismas. Los amos de Todo juegan a su juego favorito: el de mangonear con nuestro sueño y nuestro despertador. Los portugueses, que han sufrido todos los experimentos, lo saben bien. La UE, desde 1996, cuando el último cambio de sistema, quiso hacerlo uniformemente en todo el continente para tener contentos a los británicos (ahora que se van, sería un buen momento para ajustarnos algo más al amanecer, al menos...) Aunque uno sigue esperando la única solución razonable: la vuelta al tiempo impreciso de la luz y los dictados del cuerpo...