El robot "Lovot sería también la solución perfecta para quien no puede tener hijos y tiene un trabajo tan esclavo que ni siquiera podría ocuparse de un animal. ¿Vamos a negar la felicidad a estas personas, la posibilidad de recibir y dar afecto en la intimidad del hogar?", se pregunta en esta columna José Ovejero.
Este fin de semana se ha presentado en el Consumer Electronics Show un robot de aspecto infantil que pretende acabar con la soledad. La tentación de echarse las manos a la cabeza es grande, de sacar la vena tecnófoba, de maldecir los tiempos que corren, de lamentar la estupidez humana, de despreciar a quienes se interesen por este robot diseñado “para hacerte feliz”, de reírte de esa gente, para colmo adinerada, dispuesta a pagar 2.500 euros más impuestos por adquirir un robot de ojos grandes que parece diseñado por Pixar, además de otros setenta y cinco más por la licencia de uso del software y como mínimo otros cien por la asistencia técnica –todo ello al mes y más impuestos-. La tentación es grande y yo he pasado por todas esas fases, sucesivamente o a un tiempo. ¿No es un signo de la decadencia y de los males del capitalismo comprar un robot para darle tu amor y recibir el suyo? Pero también podríamos intentar verlo desde otro ángulo –siempre es instructivo intentar mirar desde un ángulo que no es el primero que se nos aparece–. Podríamos pensar, por ejemplo, que este robot no es para ricos, sino para gente con poco dinero que no puede permitirse tener un niño: por caro que sea el artilugio, sale mucho más barato que mantener a un hijo, enviarlo a la escuela, quizá a la universidad. Además en caso de atravesar una fase de penurias, se puede apagar el artefacto y dejar de pagar las cuotas mensuales hasta que lleguen tiempos mejores. Lovot sería también la solución perfecta para quien no puede tener hijos y tiene un trabajo tan esclavo que ni siquiera podría ocuparse de un animal. ¿Vamos a negar la felicidad a estas personas, la posibilidad de recibir y dar afecto en la intimidad del hogar? ¿Ni siquiera vamos a dejar ese consuelo a los parias de la Tierra?