En un nuevo Día Internacional de la Lucha Campesina, y a 30 años de la fundación de La Via Campesina internacional, el dirigente y economista João Pedro Stedile pasa revista a algunas de las principales experiencias de reforma agraria en la región y el mundo. El día 17 de abril del año 1996, 19 campesinos del Movimiento Sin Tierra de Brasil fueron asesinados en el municipio de Eldorado Dos Carajás, al sur del estado de Pará. El hecho sucedió durante una movilización pacífica, organizada para exigir la expropiación de tierras ociosas a los hacendados locales. Al día de hoy, la secular lucha campesina por la reforma agraria sigue siendo perseguida y criminalizada, en una de las regiones con los mayores índices de concentración de la tierra del mundo.
La Reforma Agraria puede ser caracterizada como un programa de gobierno que busca democratizar la propiedad de la tierra en la sociedad para garantizar su acceso, distribuyéndola a quienes quieran producir en ella o usufructuarla.Para alcanzar este objetivo, el principal instrumento jurídico utilizado prácticamente en todas las experiencias existentes es la desapropiación, por el Estado, de grandes haciendas, latifundios y su redistribución entre campesinos sin tierra, pequeños agricultores con poca tierra y asalariados rurales en general.Hay, sin embargo, diversas formas de obtención de la tierra por el Estado para eliminar la gran concentración. Entre estas, la primera —y más usada— es el instrumento de la desapropiación. Establecidos los criterios de clasificación de latifundios y/o grandes propiedades que deben ser repartidas, el gobierno emite un decreto desapropiando, o sea, transfiriendo la propiedad privada de esa área del estanciero/propietario capitalista hacia el Estado. Para que esta transferencia de titularidad ocurra, el gobierno indemniza al ex propietario mediante criterios de valor definidos por las leyes de cada país.Esos valores pueden ser simbólicos o pueden ser los mismos precios practicados en el mercado. Hecha la transferencia de propiedad de la tierra para el Estado, este organiza un proyecto de distribución de esa tierra para las familias de agricultores sin tierra de la región que lo reclaman.El segundo instrumento es la expropiación o confiscación. Es cuando la titularidad de la propiedad de los grandes hacendados es transferida al Estado sin ninguna indemnización o pago de valores. Esta situación depende de la legislación existente en cada país y es un castigo por irregularidades practicadas por el propietario.Hay casos intermedios en que el gobierno no paga por las tierras, pero indemniza al propietario por los bienes que contenga la propiedad, como casas, galpones, cercas. En Brasil, hay casos de este tipo cuando los estancieros entran en tierra publica, sin que posean el derecho legal sobre estas; el gobierno entonces los retira de la tierra publica pero indemnizándolos sobre los bienes existentes.