En este pasado mes hemos comprobado la continuidad de las movilizaciones en Francia, que eclosionaron con una inmensa Huelga General el 5 de diciembre contra la reforma de las pensiones que propone Emmanuelle Macron. Este presidente francés es el primero que ha unido tanto a los franceses y francesas desde hace mucho tiempo, las reformas neoliberales que ha intentado introducir con ese lenguaje que los burócratas manejan perfectamente para pescar en río revuelto.
El asalto de la Bastilla es un concepto en sí mismo en Francia, la revolución como herramienta para confrontar los conflictos sociales son una constante en el entendimiento de la política en el país galo. La asamblea libera, la guillotina iguala y la barricada revuelve. Tras un siglo XX inmerso en guerras mundiales y coloniales, la edad dorada del sueño francés y del crecimiento económico de los felices años 50, chocó de frente con la realidad de un mayo del 68 que zarandeó adoquines esperando tocar la arena de playa. Los actuales movimientos sociales franceses saben mucho de castillos de arena que se deshacen mientras sueñan lo que cualquier hijo de vecino en el mundo occidental, una vida digna libre de precariedades y la esclavitud de este sistema neoliberal que cada vez pone más difícil no despreciarle radicalmente.Esos jóvenes franceses que ven en la ZAD de Nantes y la vuelta a lo rural una semilla valiosa, esos jóvenes estudiantes que aún anhelan imitar a sus predecesores paralizando las universidades y liceos, esa clase trabajadora urbanita que se acicala con un chaleco amarillo ante el apretón de tuercas de la clase dirigente gala; y sobre todo, esos nadies que viven en los suburbios hostigados policialmente y que han de quemar algunos automóviles cada década para decirle al mundo que siguen siendo los miserables. Todo ello conforma el germen de una sociedad francesa en continuada ebullición como su impronta revolucionaria indica en la historia, se huye del blanqueamiento ideológico y se toma partido, se construye el patíbulo y se afila la hoja de la cuchilla.