En espacios fronterizos como el de Lesbos se está disputando el futuro de Europa y la agenda reaccionaria lleva la delantera. O tomamos partido urgentemente o perderemos la partida definitivamente.
La batalla de Lesbos
Por
Miguel Urbán (eirodiputado y militante de Anticapitalistas)
Este miércoles estuvimos en Lesbos. No podíamos quedarnos sentados viendo la barbarie. Intentamos visitar oficialmente el campamento de refugiados de Moira, pero nos negaron la entrada, así que tuvimos que recorrerlo guiados por sus propios moradores. Quizás la negativa buscaba evitar que viésemos que una parte ha sido reconvertida en un centro de internamiento semi-clandestino para las deportaciones que contempla la nueva legislación griega denunciada por vulneración de derechos por parte de organizaciones de abogados/as. O para que no fotografiásemos unas instalaciones ya precarias para acoger a 3.500 personas en las que hoy malviven 27.000. Solo tres médicos para todo el campo. Una letrina por cada 500 personas. Y por todos lados basura acumulada y niños corriendo.
Parece un basurero. Pero un basurero de derechos. Las ONG que aún aguantan tienen miedo: diariamente son amenazadas por milicias fascistas, algunas llegadas desde toda Europa para reforzar esa Internacional Reaccionaria en ascenso.