La obra de Ortega ha envejecido mal en su mayor parte y los disparates que escribió sobre Freud o Einstein son realmente insufribles, del mismo modo que su diletante actitud pública frente a la II República. Pero no es el caso de
La rebelión de las masas, que penetró profundamente en el pensamiento europeo contemporáneo. Yo, por ejemplo, recuerdo que el mismísimo Raymond Chandler lo cita en una de sus obras más conocidas...
En un ejercicio casi profético, Ortega y Gasset esculpió hace noventa años el concepto de ‘hombre-masa’, un individuo hecho de prisa, que no escucha nada pero lo opina. En medio de la revolución digital y en un momento de auge de los populismos, revisitamos el concepto del ‘hombre-masa’ de la mano de un grupo de prestigiosos pensadores y filósofos.
Ortega y Gasset: Larga vida al hombre masa
José Ortega y Gasset alertaba en los primeros compases del siglo pasado de que el hombre medio había perdido el uso de la audición. «¿Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. No hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus opiniones». Desde los años veinte del siglo pasado hasta los de este han cambiado muchas cosas, pero aquellas palabras del filósofo siguen plenamente vigentes: ese individuo «hecho de prisa, montado sobre unas cuantas abstracciones e idéntico de un cabo a otro de Europa» que describía en La rebelión de las masas, su ensayo cumbre, se resiste a partir. Y sigue muy presente en las evocaciones recurrentes de muchos pensadores contemporáneos cuando se refieren al ser humano moderno: concretamente, al que vive con los cinco sentidos pendientes de una pantalla del tamaño de su mano en la que verter sus opiniones sin filtro.