Cervantes, como gran analista de su tiempo, reconoce que la chacona tenía gran éxito entre las clases populares “la turba de las fregonas, la caterva de los pajes y de lacayos, las tropas” lo que nuevamente la emparenta con el reggaetón.
La chacona, el reggaetón del Siglo de Oro

Para el tenor Quintín Bueno, piezas musicales como la jácara tienen continuidad a través de la zarzuela hasta bien entrado el siglo XX ya que ambas tratan el género rufianesco. Se podría incluso ir más lejos (y esto ya es cosecha mía) comparando el “Quiero ser libre” de los Chichos con celebérrimos versos como “qué bueno he sido pá ti y que mal te estas portando” con la jácara que Quevedo dedica a Escarramán, donde un delincuente escribe a su amada desde la prisión.
En el fondo, ejemplos como este lo que nos demuestran es que la música es, en muchísimos casos, un reflejo de los comportamientos de la sociedad y el erotismo escandaloso del reggaetón ya estaba presente en el siglo XVII, por muy de Oro que fuese.