Algo encuentro en este artículo de Itziar Arregui que me gusta y seduce. Creo que es, por un lado, la claridad y elegancia con que está escrito. Por otro, que la argumentación gire en torno al concepto de (política de ) fragmentación, que afecta al trabajo y la vida de las clases populares aquí y ahora....
Desde el principio de la cadena de producción hasta el final de la misma: estamos todos y todas en el mismo saco. Ahí reside nuestra gran fortaleza y esto la patronal lo sabe muy bien.
De uno en uno y sin rechistar - La Mayoría
Desde un punto de vista histórico, el derecho laboral nace bajo la presión del movimiento obrero, por y para la defensa de los derechos de la clase trabajadora en los centros de trabajo. Se trata de una herramienta cuya principal utilidad reside en regular las condiciones de contratación, de trabajo y de reivindicación de los derechos laborales que se pueden dar dentro una determinada sociedad. El principal actor interesado en que exista una regulación en esta materia somos la clase trabajadora, puesto que, para la patronal, cuanta menos regulación haya en el ámbito de las relaciones laborales, menos obligaciones tendrá, a menores controles estará sometida y, por tanto, mayor capacidad tendrá para hacer y deshacer a su antojo. Ahora bien, que haya surgido históricamente bajo la presión del movimiento obrero para la defensa de sus propios intereses, no altera para nada el hecho de que se trata de una herramienta y que, por tanto, en función de quién la maneje, podrá ser utilizada en un sentido o en otro.
Por tanto, dentro del debate acerca de la reforma laboral existe una dimensión técnica y otra dimensión estratégica. En este artículo nos sumergimos de pleno en la segunda dimensión para intentar analizar cuál es la estrategia general que están siguiendo la patronal y sus representantes políticos, a la hora de legislar en materia laboral. Así pues, aquí argumentaremos que la lógica que guía sus pasos es la de la política de la fragmentación. En efecto, veremos cómo la clase trabajadora se ve dividida por diversos flancos. Puesto que, por un lado, se ven fragmentadas sus condiciones laborales y de vida; y, por otro lado, se fragmenta también, de manera igualmente deliberada, su capacidad de articulación, organización y acción colectiva en tanto que clase social, por y para la reivindicación de sus propios intereses.