Copias, falsificaciones, tanto más habituales cuanto mayor fuese la demanda. Objetos que no son lo que parecen a primera vista, y que se encuentran en colecciones, y en museos. ¡Y cuántas humillaciones han provocado, engañando al ojo del experto! De eso trata el documental 'Made you look: una historia real sobre el arte falsificado'
Desde que hay memoria ha sido constante la búsqueda del hombre de herramientas que le ayudaran a sobrevivir y a sobrellevar su existencia. Unas, las útiles, le permitían adaptarse al medio y las otras, las ideológicas, conseguían contrarrestar los fenómenos naturales que le rodeaban mitigando su creciente angustia de vivir. Cuanto más se alejaba de su reverso animal, mayor se hacía la angustia y más necesitaba de la armonía, concebida siempre como equilibrio.Esta reflexión nos permite entender por qué el hombre ha tratado siempre de rodearse de aquellos objetos cuya utilidad o simbolismo le facilitaban la existencia. Y, por esa razón, ha repetido una y otra vez, hasta la saciedad, los mismos modelos y las mismas formas cuya “eficacia” instrumental o simbólica había ya probado. Incluso hoy y a pesar de la innovación, entendida como constante sucesión y superposición de modelos, no se escapa de su primitiva razón de ser.Esta podría ser una explicación plausible de por qué existen tantas reproducciones de algunos objetos sin que ello nos llame la atención y, sin embargo, nos causa aprensión, desazón e indignación la existencia de obras de arte copiadas o falsificadas. Nos resistimos a creer que un pintor o un escultor puedan ser artesanos y copiarse a sí mismos o a otros por algo tan prosaico como el dinero. Y, sin embargo, es harto frecuente, a lo largo de la historia, encontrar artistas que hacían varias obras iguales o falsean las de otros por encargo de sus clientes.