Nació en Pöchlarn, Austria, el 1 de marzo de 1886. Pintor y poeta, practicó fundamentalmente el paisaje y el retrato. Inició su formación artística, en la Escuela de Artes y Oficios de Viena, a la vez que trabajaba con el arquitecto Josef Hoffman. Fue a partir de 1908, cuando en su pintura comenzó a dejar ver la influencia que ejercieron...
Su presencia (del manto) sobre la amplia mesa del altar es impresionante, al fusionar los antiguos rituales de las creencias cristianas con el apremio contemporáneo del expresionismo abstracto. El manto, que cuelga de una columna a bastante distancia del altar de la iglesia, proviene de los recuerdos de la confortabilidad de la infancia, como explica Petric. De color blanco grisáceo, con su cortinaje casi informe en su despreocupado descenso hacia el suelo, el objeto destaca por los más tempranos recuerdos de cualquier niño que haya atesorado un manto como objeto de seguridad.
Por Jonathan Goodman Eva Petric, artista nacida en Eslovenia y que ahora ronda los treinta y cinco años, pasa mucho tiempo en Estados Unidos cuando no está en Europa central y del este. Su obra pertenece a un idioma internacional que no se puede ubicar con facilidad, ni geográfica ni culturalmente. El arte que ella produce consiste en esculturas, pinturas, fotografías, collages e incluso la performance. Es decir, que Petric se dedica a una amplia variedad de géneros. A menudo, pero no siempre, se sitúa a sí misma en la imaginería que construye; la artista se propone transmitir un lirismo erótico y espiritual al mismo tiempo. Está bastante activa en Nueva York, como atestiguan las actuales exposiciones en la catedral de San Juan el Divino y en la galería Mourlot. Su arte, que se puede ver en la muestra colectiva The Value of Sanctuary: Building a House without Walls (El valor de un santuario: Construir una casa sin paredes), en San Juan el Divino, es monumental. La obra Collective Heart (Corazón colectivo, 2016), de gran altura y compuesta de encajes y adornos, cuelga sobre el altar, y Safety Blanket (Manto de seguridad, 2019), también compuesta de encajes, cuelga de una alta columna. En la galería vemos una serie de fotografías impresas en el material sintético que se utiliza para hacer esquís, una alfombra de fabricación industrial basada en una imagen fotográfica y reliquias que abogan por una leve inclinación europea. Aunque se pueden ver la cara y el cuerpo de la propia Petric en toda la muestra, no se imponen del todo, sino que la espiritualidad establece su dominio en las dos excelentes exposiciones, a la vez que transmiten la efímera experiencia de una emoción sustentada en un anhelo etéreo.