Eduardo Germán María Hughes Galeano recibió al nacer más nombres de los que necesitaba. Era el 3 de septiembre de 1940. Desde entonces toda su energía la dirigió hacia el periodismo y la literatura; dos intentos por despojarse del equipaje que traía desde la cuna y aquello que lo convirtió en uno de los grandes cronistas de su generación. Texto de Roberto López Belloso. Fotografía de Pablo Bielli. (Revista Gatopardo)
EL CARPINTERO Eduardo GaleanoOrlando Goicoechea reconoce las maderas por el olor, de qué árboles vienen, qué edad tienen, y oliéndolas sabe si fueron cortadas a tiempo o a destiempo y les adivina los posibles contratiempos.Él es carpintero desde que hacía sus propios juguetes en la azotea de su casa del barrio de Cayo Hueso. Nunca tuvo máquinas ni ayudantes. A mano hace todo lo que hace, y de su mano nacen los mejores muebles de La Habana: mesas para comer celebrando, camas y sillas que te da pena levantarte, armarios donde a la ropa le gusta quedarse.Orlando trabaja desde el amanecer. Y cuando el sol se va de la azotea, se encierra y enciende el video. Al cabo de tantos años de trabajo, Orlando se ha dado el lujo de comprarse un video, y ve una película tras otra.No sabía que eras loco por el cine, le dice un vecino.Y Orlando le explica que no, que a él el cine ni le va ni le viene, pero gracias al video puede detener las películas para estudiar los muebles.