La mayoría de los bailarines de ballet coincidenen que sus carreras requieren sobreponerse al dolor físico constante y al abuso psicológico.
El 4 de febrero del 2021, Giovanna publicó un video en sus redes sociales titulado, “Maltrato en el mundo de la danza”. El video de nueve minutos y medio, comienza con ella hablándole a la cámara. “Desde que decidí dejar la danza clásica como camino profesional, cada vez pienso más a menudo en la violencia que se vive todos los días siendo bailarín y en la violencia que yo misma sufrí”. El testimonio de Giovanna se viralizó y fue así que conoció a Roberto Barqui, bailarín de la Compañía Nacional de Danza, quien la contactó para apoyarla con el proyecto que tenía en mente. Hasta ahora, sólo se conocen virtualmente. “Hice el video para difundir una encuesta sobre el maltrato en la danza”, explica Giovanna, “pero no imaginé que iba a tener tanto impacto. Pensé que quizás la responderían 100 personas, pero ya van más de mil, así que me di cuenta de que era momento de crear algo más permanente”. Así nació Human Dancing, un colectivo dedicado a promover el diálogo y el autoconocimiento entre bailarines para generar un ambiente dancístico más sano y respetuoso.
Lo incierto permite la posibilidad de todas y cada una de las cosas. Y ahí radica el secreto. Hay que creer en la posibilidad de todas y cada una de las cosas (Duane Michals)
De alguna manera, esta pandemia y mi estado de ánimo se han mezclado con el análisis realizado ya que, conforme veía el vídeo en el que Michals explicaba la relación de sus trabajos con sus inquietudes y pensamientos, se iban conectando en mí algunas conclusiones acerca de lo pensado y lo sentido en estos días. El surrealismo ha sido, sin duda, una herramienta creativa de pensamiento y revolución. En estos momentos, es casi lo único que me salva de la realidad de fuera.La manera de acercarse de Michals al concepto de realidad me ha servido de mucho en un momento en el que derivo entre hablar o permanecer callada con respecto a mi propia verdad de este asunto de la Pandemia. Exponerme u ocultarme es una diatriba habitual propia para sobrevivir en esta sociedad de artistas famélicos de ego. Pero es también un ejercicio de autoafirmación existencial del mío propio. Hablo, luego existo. Me expongo, luego existo. Como si ese poner el dedo en la llaga me afirmara mi propia existencia a partir de la experiencia del dolor. Duelo, luego soy.