Por una sombría convergencia, la semana del aniversario del nacimiento [15 de enero] del Dr. King [Día de Martin Luther King, fiesta oficial en los EE.UU, el tercer lunes de enero] coincide este año con los planes de milicias armadas de extrema derecha de invadir los capitolios de los estados, creyendo que practican la desobediencia civil.
Vale la pena detenerse un momento a reflexionar sobre lo que es y lo que no es la desobediencia civil.El ensayo de Henry David Thoreau, “Desobediencia Civil”, de 1849, sostenía que los ciudadanos eran responsables de las acciones injustas de sus gobiernos y de que debían distanciarse de ellas. Llevó a cabo un acto simbólico de desobediencia civil —negándose a pagar el impuesto de capitación y pasando una breve temporada en la cárcel — como forma propia de protestar contra la esclavitud y la guerra de los EE.UU. contra México.Thoreau influyó directamente en Gandhi, que entendió que la desobediencia civil podia ser una táctica de masas para exigir reformas drásticas, y ambos hombres influyeron en el Dr. King. Lo que tenían en común unos con otros —y no con las milicias de hoy — son dos elementos centrales.En primer lugar, su concepto de desobediencia civil era, por encima de todo, no violento. Las milicias son, por encima de todo, violentas.En segundo lugar, se implicaban en la desobediencia civil para recuperar derechos democráticos centrales. Las milicias están substituyendo su propia violencia por el saqueo de la democracia.