No son padres tras el rastro de sus hijos, tampoco voluntarios. Son desenterradores en fosas clandestinas para identificar desaparecidos.
Él le habla a los muertos aunque no los conozca.—Compañero, si estás ahí, dame una señal.Lo que queda de una persona está atrapado en una bolsa negra de plástico bajo la tierra.—Compañero, si estás ahí, dame una señal. O si me voy a acostar, hazme saber en un sueño dónde tengo que buscarte mañana. Háblame.Les nombra con afecto mientras camina sobre capas de arena que mueve el viento. Clava la mirada en las plantas y en la maleza. Busca alguna transformación del terreno, un árbol que pudo servir para vigilar. Donde muchos vemos sólo verde o café, él lee historias completas.—Yo he conocido mucho el campo y el campo a mí me dice muchas cosas.
México aceptó la invitación al Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas, luego de que los gobiernos anteriores se negaran