La derecha trata de mermar y vulgarizar los referentes simbólicos de los movimientos de izquierdas. Bella Ciao es el último caso
La derecha pretende reducir la canción partisana ‘Bella Ciao’ a poco menos que un himno comercial, blanco, carente de significado y que pueda sonar en fiestas organizadas por la militancia más pendenciera e ignorante de Vox.No es un objetivo caprichoso, se trata de mermar y vulgarizar los referentes simbólicos de los movimientos de izquierdas. La cultura, ese espacio de batalla política. Todo cuenta, todo vale en esta sempiterna guerra por la hegemonía.‘Bella Ciao’ no es un caso aislado, es el enésimo intento por pervertir nuestra historia y los emblemas del pueblo. Idéntico propósito tuvieron los impresentables tuits del Parlamento andaluz sobre Blas Infante, al que un concejal de la ultraderecha llamó «tarado». Banalizar la represión franquista es una obsesión de los prescriptores más conservadores. Circulen, que aquí no ha sucedido nada.Otros símbolos prostituidos por el cinismo político han sido Antonio Machado (al que Pablo Casado ensalzó después de burlarse de los muertos en las cunetas), la comunista Frida Kalho (cuya imagen utilizó nada menos que Theresa May) o Rosa Parks (comparada con Inés Arrimada por un senador de Ciudadanos en Cádiz).