Levantemos la vista de nuestros pálidos ombligos europeos: ¡atentos a estas mujeres trabajadoras!
H&M, Primark, Walmart, Benetton, Mango, Inditex e incluso Armani son algunas de las empresas textiles que mantienen el casi total de su producción en Bangladesh. Desde que el 24 de abril de 2013 se produjera el derrumbe del edificio Rana Plaza en Savar, cobrándose la vida de 1.130 trabajadores (en su mayoría mujeres), se puso en evidencia a nivel internacional las pésimas condiciones de las y los trabajadores del textil en Bangladesh.
Bangladesh: No hay puntada sin hilo. Una huelga con las mujeres como protagonistas - Todo Por Hacer
Sin duda aquel episodio obligó a la industria textil y a las autoridades bangladesíes a mejorar las condiciones laborales y de infraestructuras. Pero ni Accord y Alliance, empresas creadas para la inspección de las fábricas del textil ni la eterna promesa de la subida de sueldo de un 50%, son suficientes para dignificar la vida de casi cuatro millones de trabajadoras que viven en situaciones infrahumanas, con sueldos deplorables y jornadas eternas de 10 o más horas. En diciembre comenzaron los primeros paros, mientras las marcas de moda se preparaban para navidad, sus trabajadoras se movilizaban y junto a ellas se unieron los obreros portuarios en lucha por aumento de salario, un aumento que se definió en septiembre y que sólo lo estarían pagando a partir de enero sin efecto retroactivo.
En enero de este mismo año, 2019, comienza a hacerse eco en Europa Occidental la noticia de la última protesta de las trabajadoras del sector textil en Bangladesh. Una huelga que apenas tiene repercusión mediática, pero que ha sabido durante más de cinco días mantener en jaque a toda la línea de la industria del textil en el país asiático.
Alrededor de 3.500.000 personas -en su gran mayoría mujeres- forman parte de la mano de obra de la industria textil en Bangladesh. El 80% de la producción es exportada por un valor que solo el año pasado alcanzó poco más de 26.000 millones de euros, siendo el segundo mayor exportador de ropa después de China. Para poder competir con China, Bangladesh, junto a otros países como Camboya, India o Vietnam no duda en recurrir al culto de la mano de obra extensiva a muy bajo costo, y sin ningún tipo de estabilidad, seguridad ni salubridad en sus condiciones laborales.