¿Qué tienen en común un pato acomplejado que quería ser cisne, una joven que en la llama de los fósforos veía sueños, una idealista con piernas y cola de pez, un político pretencioso y desnudo, una niña que dormía en una cáscara de nuez, un soldado enamorado del amor?
Por la mañana me esperaba en la puerta del hotel sentado en un banco. La mirada perdida en alguna metáfora. Capa y sombrero de copa, conquistados cuando llegó a ser un señor. La mano, que ha perdido el color de las caricias de los admiradores, parece la de un fantasma. De esa mano conocí el verano pasado Odense, la ciudad donde nació Hans Christian Andersen el 2 de abril de 1805.Actualmente Odense es la tercera ciudad de Dinamarca y la capital de la isla de Fionia. Cuenta alrededor de doscientos mil habitantes. Se recorre cuento a cuento, buscando con la ayuda de un plano, como si fuera una caza al tesoro, las esculturas que celebran sus cuentos más famosos y algunos de sus poemas, creadas por célebres artistas del país. También se visita el museo dedicado al escritor, en espera de uno nuevo que se inaugurará en 2020, obra del arquitecto japonés Kengo Kuma. Aquí se reúnen todas las ediciones de su obra en la mayor parte de los idiomas del mundo y las biografías que sobre él se han escrito. Pueden verse sus dibujos a lápiz y plumilla, los muebles de su estudio de Copenhague, cuadros que lo retratan, algunas estatuas del escritor y muchas de las figuras que recortaba en papel. Trece piedras en forma de sol esparcidas por la ciudad señalan los lugares que tuvieron conexión con la vida del escritor y ayudan a encontrar las dos casas donde vivió. Se visitan también las estatuas del propio Andersen, como la que llegó a Odense en 1888 cuando los habitantes consiguieron reunir suficiente dinero para comprarla, y muchos torsos del escritor que surgen de la tierra en las aceras. Su imagen se ilumina en los semáforos, adorna las bocas de las alcantarillas y las fuentes. La jornada del turista andersiano termina con un desfile de los protagonistas de sus cuentos que recorre uno de los mayores parques de la localidad. Odense es Andersen.