Por Paloma TorresHay un nuevo analfabetismo que define el tiempo en que vivimos. Es el analfabetismo de los sofisticados, protagonizado por quienes han accedido hasta los niveles últimos de la educación y que, sin embargo, tras una pulida apariencia de alfabetización superior esconden una ignorancia profunda y una total ausencia de pensamiento propio, articulado y libre.Este artículo nace de la preocupación al encontrar, en mí y en el mundo, la presencia de esta ignorancia sofisticada.El nuevo analfabetismo imperante tiene distintas manifestaciones. Hay un cambio de paradigma que retrata nuestra época: se ha sustituido la precisión por la impresión. Nos movemos constantemente en el terreno de la impresión más superficial, y desde esa impresión se vierten la mayoría de las opiniones; la opinión en muchas conversaciones cotidianas y públicas ha perdido peso, porque no nace de la argumentación sino de la más ligera impresión de que algo funciona o ha de funcionar de una determinada manera. Por ello están ganando peso las ideologías, imponiendo sus marcos rígidos, porque la ausencia de pensamiento propio impide trascenderlas. En la pérdida de la precisión se fundan muchas injusticias y los prejuicios y la manipulación ganan importancia.