O mientras maás grande es una mentira, más fácil es de creer...
Una idea considerada inconcebible puede pasar al terreno de lo debatible cuando aparece otra opinión aún más radical. Cuanto más chocante sea esta mejor
La ventana de Overton: la polémica como estrategia de comunicación

Tenemos nueva polémica. El veto parental o, como lo llaman sus creadores, el pin parental. Una medida que implica que la dirección de los centros educativos pida la autorización de los padres para dar a los niños “charlas, talleres o actividades con carga ideológica o moral contraria a sus convicciones”. Santiago Abascal ha comparado incluso el programa educativo navarro Skolae (que obtuvo un premio de la UNESCO) con la corrupción de menores y ha declarado que “debemos proteger de juegos eróticos a niños de menos de seis años”. Es decir, que los padres se puedan negar a que sus hijos asistan a talleres o charlas en el colegio por su supuesto poso ideológico. Entiéndase por poso ideológico las charlas sobre feminismo, libertad sexual u homosexualidad que se puedan dar en los colegios. Este planteamiento de Vox es la última polémica de muchas desde que la formación de extrema derecha irrumpiera en el panorama mediático español. Son sobradamente conocidas todas las declaraciones y propuestas radicales de la formación de extrema derecha. Esta es la última, pero no la única.
Todas han generado un debate público y de todas se ha escrito y discutido en algún momento. ¿Estas frases son simples calentones o son parte de una estrategia comunicativa premeditada? Antes de poder responder a esa pregunta es necesario el conocimiento de un concepto de teoría política: ‘La ventana de Overton’.