Entre 1827 y 1838, en el Museo de Prado existió una “Sala Reservada” a la que exclusivamente podían acceder gentes de “calidad social”
La “Sala Reservada” del Museo del Prado que exhibía desnudos exclusivamente a reyes y gentes “de calidad social”
Susana y los viejos’, Tintoretto (1617).
Entre 1827 y 1838, en el Museo de Prado existió una “Sala Reservada” a la que exclusivamente podían acceder gentes de “calidad social”, empezando por los reyes y algunos nobles interesados no tanto en la pintura como en la anatomía femenina, todos hombres, como mandan los cánones. La sala exhibía 74 obras en las que aparecían desnudos femeninos, incluyendo obras de Tiziano, Tintoretto, Rubens, Durero, Albani y Van Dyck.
En realidad, la historia de la “Sala Reservada” se remonta varios siglos atrás, desde 1554, cuando Felipe II encarga a su pintor de cámara Tiziano el cuadro ‘Venus y Adonis’, amén de otros óleos de temática mitológica. El lúbrico monarca usaba aquellas obras maestras para su gozo personal y tenía una sala reservada en el Alcázar de Madrid, “donde su magestad se retira después de comer”, lo que viene a significar -fundido en negro-, donde se dedica a darle alegrías a su regio miembro.

Venus y Adonis, Tiziano, 1554A