Luo Min, artista de Pekín en el ecuador de su carrera profesional, ha hecho un maravilloso llamamiento a la pintura de la naturaleza y, en particular, a la captura del color inherente a las plantas y las flores. El presente tiene peso por el pasado al que ella hace referencia, al igual que el pasado cobra vida gracias a su tratamiento contemporáneo
Luo Min: flores, pájaros, plantas (y una ciudad) - Frontera Digital
"Among the flowers", oil on canvas, 200 x 160 cm., 2017-2018

por Jonathan Goodman
El origen de la pintura china se remonta a más de dos milenios. La representación de plantas, flores y pájaros ha sido un importante componente de su arte desde el principio. Los artistas chinos han destacado en la representación lírica de la naturaleza, cercana a la poesía. Una parte de su éxito se debe a una cierta consideración de la forma natural, y otra deriva de un concepto poético de la belleza innata de dicha forma, cuyos colores y estructuras manifiestan una consciencia decorativa de los espectaculares atributos de la naturaleza. Luo Min, artista de Pekín en el ecuador de su carrera profesional, ha hecho un maravilloso llamamiento a la pintura de la naturaleza y, en particular, a la captura del color inherente a las plantas y las flores. Si bien su trabajo está muy en deuda con la gran tradición pictórica a la que pertenece, su arte es al mismo tiempo contemporáneo, y posee una claridad ligeramente distante en el sentido emocional. Esta distancia puede ser inevitable, dada la antiquísima historia del arte chino, pero, aunque sea imposible pintar con un sentido poético puro del pasado, se pueden crear pinturas que reflejen el amor chino por la naturaleza con un estilo indicativo de nuestras vidas contemporáneas. La consciencia histórica es ineludible –y probablemente necesaria– para la buena pintura actual de la naturaleza, hoy deteriorada por la superpoblación y la contaminación. La labor de Luo Min es volver a despertar nuestros sentidos a la luz de un arte que ilustra la complejidad de la vida natural en un paisaje cada vez más mermado.